Preguntas frecuentes
Depende de cada caso en particular. En los últimos años se ha avanzado mucho en los trasplantes parciales de córnea. Se trata de opciones menos agresivas ya que se trasplanta solo una parte con una cirugía de mínima incisión, que repercute en una mayor comodidad para el paciente y en una recuperación más rápida.
Se tienen que realizar aún muchas investigaciones en este campo para que puedan aplicarse a los pacientes afectos de enfermedades oculares, especialmente de la retina.
Los altos niveles de colesterol en sangre pueden aumentar o acelerar el riesgo de padecer determinadas patologías oculares al bloquear el flujo de sanguíneo de la zona ocular. Del mismo modo que el colesterol se acumula en las paredes de los vasos sanguíneos del cuerpo, también lo hace en las de los ojos, provocando una una disminución de la oxigenación de los tejidos oculares. En caso de ocluirse la arteria central de la retina, se produce un infarto retiniano masivo que produce una pérdida prácticamente total de la visión.
Para prevenirlo, es fundamental llevar una vida sana, siguiendo una dieta equilibrada y baja en grasas y realizando ejercicio físico regular, así como evitando otros hábitos perjudiciales como el tabaco o el consumo no moderado de alcohol.
Los cuerpos flotantes o moscas volantes (miodesopsias) son trocitos de sustancia gelatinosa que se forman en el humor vítreo, el líquido transparente que llena el ojo, y proyectan sombras en la retina. Suelen tener poca importancia, aunque en ocasiones pueden provocar desgarros o hemorragias, dando lugar a nuevos cuerpos flotantes u ocasionalmente a un desprendimiento de retina. El fenómeno está relacionado con la edad, aunque es recomendable que acuda al oftalmólogo para una exploración y diagnóstico adecuados.
La retinitis pigmentaria es la enfermedad hereditaria más frecuente de la retina. Se caracteriza por una degeneración progresiva de la retina. Actualmente carece de tratamiento, y su gravedad hacen que sea una de las patologías oculares de origen genético sobre las que más se está investigando. La terapia génica está ofreciendo resultados muy esperanzadores. Aunque no existe todavía tratamiento, los pacientes con retinosis podrían acudir al Departamento de Genética de IMO, para llevar a cabo los estudios que están en proceso. Según se desprende de las conclusiones del Congreso internacional de Retina celebrado en IMO, estudios en fase I en humanos ya parecen estar demostrando cómo el uso de células madre para reemplazar células dañadas de la retina logra mejorar la agudeza visual de los pacientes. Esta terapia se aplica en pacientes que pierden células fotorreceptoras y/o del epitelio pigmentario, un tipo de células que no se regeneran, y que son fundamentales para la visión. Lo que se está consiguiendo con las nuevas terapias es reemplazarlas por células madre embrionarias o pluripotenciales extraídas de la piel o de otras partes del ojo, que, tras ser alteradas, son capaces de desarrollar la misma función que las células retinianas dañadas. En estos momentos, este tratamiento se está aplicando en fase de pruebas y con muy buenos resultados a pacientes con distrofias retinianas, retinosis pigmentaria y DMAE.
En ocasiones, los pacientes que tienen defectos visuales no pueden seguir las clases con normalidad, ya que no detectan con definición los objetos a cierta distancia. Esto hace que el niño se distraiga, pierda la concentración y el interés en seguir los estudios. Por tanto, a cualquier niño que tenga una deficiente escolaridad hay que hacerle un examen para descartar este punto.
Normalmente, el óptico-optometrista o el oftalmólogo aplican un colirio que dilata la pupila del niño y que relaja los músculos encargados de la acomodación para enfocar los objetos lejanos o cercanos. Así, el especialista puede examinar un posible error o defecto refractivo y valorar si existen daños en otras partes del ojo, como la retina o el nervio óptico.
Algunos niños tienden a colaborar más que otros en consulta. Esta cooperación entre el oftalmólogo y el paciente es imprescindible para que el especialista pueda valorar si existe una enfermedad ocular severa que pueda comprometer la visión del niño. En los casos en los que no se puede realizar una correcta exploración, se suele revisar al niño bajo anestesia, lo que permite garantizar la exploración de todas las zonas del ojo.
Cualquier anomalía en los ojos debe examinarse a cualquier edad, desde el nacimiento. Durante la escolaridad es obligatorio realizar un examen a todos los niños, a los 4 ó 5 años, en los que se determina su capacidad visual.
Existen muchas enfermedades oculares que están ligadas a la herencia cromosómica y está incluso determinado su tipo genético de defecto. Enfermedades de todas las partes del ojo pueden tener carácter hereditario. La más conocida es la retinosis pigmentaria.
El ojo amblíope es el ojo que no ha desarrollado la visión teniendo sus estructuras oculares en buenas condiciones. La visión se desarrolla desde el nacimiento y el ojo va adquiriendo más capacidad de percibir los objetos: lo llamamos agudeza visual. En el ojo amblíope, este desarrollo de la agudeza visual, por diversas razones, no se produce. El ojo es anatómicamente normal, es decir, sus estructuras son normales, pero no ha desarrollado la visión.
La localización de la obstrucción lagrimal determinará la importancia de resolver el consiguiente ojo lloroso. Si el paciente tiene una obstrucción alta, es decir, en los canalículos lagrimales (pequeños conductos que se encuentran en los párpados), no suele pasar de ser un problema molesto por el hecho de estar llorando constantemente. Sin embargo, cuando la obstrucción es más baja y se localiza tras el saco lagrimal, este puede infectarse debido a la acumulación de la lágrima y dar lugar a una dacriocistitis (inflamación del saco lagrimal). Eventualmente, esto podría llegar a generar problemas más graves como una celulitis orbitaria (infección de la grasa y de los músculos que rodean el ojo).
El lagrimeo excesivo puede resultar más o menos molesto según cada paciente, pero es importante consultar al especialista, sobre todo, cuando el ojo lloroso está asociado a enrojecimiento ocular, dolor y/o secreciones. También debe revisarse cuando se trata de un problema que, más allá de ser ocasional, se convierte en permanente.
Debido al estilo de vida actual, pasamos la mayor parte del tiempo utilizando la visión cercana para leer, trabajar con el ordenador, mirar el móvil… diferentes situaciones en las que se nos “olvida” parpadear (lo hacemos, aproximadamente, la mitad de veces que en visión lejana). Como consecuencia de la disminución del parpadeo, la lágrima no se distribuye correctamente por toda la superficie ocular y el ojo se seca, activando la producción de pequeñas cantidades de lágrima para compensar el problema. Dado que esta respuesta lagrimal no permanece suficiente tiempo en el ojo como para corregir el problema de la sequedad, sigue produciéndose lágrima, que termina por rebosar y provocar que el ojo llore.
Aunque sabemos que la presión intraocular (PIO) elevada es el factor de riesgo más frecuente de desarrollar glaucoma, existen glaucomas que cursan con PIOs dentro de los valores que se consideran “normales” (generalmente, por debajo de 21 mmHg).
Por ello, medir la PIO no es suficiente, también es necesario hacer un examen oftalmológico completo, incluyendo una valoración del fondo de ojo.
Las personas con antecedentes familiares de glaucoma, no deben esperar “a notar” algún síntoma, ya que la enfermedad es silente, en la mayor parte de su desarrollo y, cuando da síntomas, ya está avanzada.
Por ello, es importante realizar revisiones oculares periódicas, aunque no se noten síntomas. Esto permite detectar y tratar a tiempo la enfermedad si aparece.
Sí, el estrabismo es una patología que puede aparecer en cualquier momento de la vida. En muchas ocasiones, debuta de forma súbita en la infancia, relacionándose en algunos casos con un cuadro de malestar general (como un resfriado o una gripe) o de estrés emocional (por ejemplo, a raíz de una separación de los padres o de un cambio de colegio). Asimismo, los adultos pueden tener estrabismos latentes o controlados que pueden descompensarse al asociarse a situaciones de estrés físico o mental.
La menopausia constituye un factor de riesgo en la aparición o acentuación de determinados problemas visuales. La razón son los cambios hormonales que se producen en este periodo, ya que las superficies de la córnea y la conjuntiva del ojo contienen receptores de hormonas sexuales que, al ver alterada su cantidad, modifican la cantidad y la calidad de la película lagrimal. Por ello, uno de las patologías más comunes entre las mujeres mayores de 50 años es el ojo seco, caracterizado por la irritación, el escozor, el enrojecimiento y la sensación de arenilla a causa de una mala lubricación ocular.
Las alteraciones en los niveles de hormonas son habituales en esta etapa y no deben ser motivo de preocupación, aunque es básico prestar especial atención a cualquier cambio en la visión y realizar revisiones oftalmológicas periódicas para controlar su evolución.
La conjuntivitis suele ir asociada, en menor o mayor grado, a ojo lloroso, ya que la producción de lágrima –encargada de “limpiar” la superficie ocular– aumenta como mecanismo de defensa del organismo ante cualquiera de los factores que provocan la patología (virus, bacterias, ácaros, polen, cloro de las piscinas…).
En primavera y verano las alergias oculares estacionales afectan más a los ojos porque es época de polinización. La conjuntivitis alérgica estacional, asociada fundamentalmente al polen, es la forma más prevalente de alergia ocular y su síntoma principal es el picor, además de enrojecimiento, lagrimeo, párpados hinchados y sensación de quemazón o de cuerpo extraño.
Otra alergia ocular estacional que debemos tener en cuenta es la queratoconjuntivitis vernal, típica de los niños y que también suele manifestarse sobre todo en primavera y en verano. En este caso, el cuadro clínico que conlleva es de mayor gravedad ya que, aparte del picor, la visión puede verse amenazada debido a las lesiones que producen en la córnea.
Normalmente, las secreciones oculares son síntomas de procesos externos como conjuntivitis u otras infecciones o inflamaciones. Normalmente, no constituyen procesos severos oculares y habitualmente se tratan con antibióticos tópicos.
Los síntomas podrían corresponder a una blefaritis, que es la inflamación del borde del párpado que afecta específicamente a los folículos de las pestañas y a las glándulas que se localizan entre ellos, las cuales se obstruyen provocando una acumulación de grasa que favorece la proliferación excesiva de bacterias. La inflamación, el picor y el enrojecimiento así como el lagrimeo y la presencia de costras, caspa o incluso orzuelos en el borde del párpado son típicos de la blefaritis, que puede manifestarse de forma intermitente en los casos más leves o llegar a afectar a la visión en los más severos.
Aunque no existen medidas preventivas claras, es importante mantener un cuidado aseo palpebral y de las pestañas con jabones de pH neutro, lo que también es útil para tratar la enfermedad puesto que controla la secreción grasa. De todos modos, aconsejamos consultar a un especialista en oculoplástica para confirmar el diagnóstico y valorar el tratamiento más adecuado, ya que la blefaritis puede convertirse en una patología crónica.
Un orzuelo es la oclusión de la glándula sebácea que provoca una inflamación y el abultamiento del párpado. Suele afectar a menudo a pacientes con blefaritis crónica. Normalmente el tratamiento consiste en soluciones antiinflamatorias en pomada o inyectadas.
El picor en los párpados puede deberse a muchas razones, pero lo más frecuente, sobre todo en pestañas, es la blefaritis. Es una inflamación en el borde del párpado focalizada en los fóculos de las pestañas. Se asocia a la proliferación excesiva de bacterias que están en la piel. Los casos leves requieren colirios y pomadas antiinflamatorias y antibióticas, lo casos más graves antibióticos orales. Es importante consultar al oftalmólogo ya que en la mayoría de los casos la blefaritis suele ser crónica.
Lo más importante para hacer una angiografía es que el paciente no sea alérgico a las sustancias que se van a inyectar.
Es una técnica diagnóstica para determinar las estructuras patológicas y anormales que tiene la retina, tanto en sus vasos como en sus diferentes capas. Es válida para la degeneración de la mácula, para la retinopatía diabética y para otras muchas alteraciones maculares y para vasculopatías.
La verde de indocianina es una técnica que se utiliza en algunos casos de degeneración macular asociada a la edad exudativa y sirve para definir los neovasos y, ocasionalmente, se utiliza para diagnosticar alguna otra enfermedad. La angiografía fluoresceínica es la técnica más estándar para el estudio de las enfermedades de los vasos y de la retina en general.
La angiografía es una técnica que sirve para delinear los casos de la retina o la coroides. Se utilizan diferentes contrastes, normalmente la fluoresceína sódica o el verde indocianina. Esta exploración también es muy útil para el diagnóstico de otras afecciones de la retina, especialmente del llamado epitelio pigmentado. En general, las angiografías sirven para estudiar múltiples enfermedades de la retina y su diagnóstico.
No es contraproducente para ningún tratamiento ocular.
Durante unos días, especialmente durante las dos primeras semanas, debe evitar frotarse los ojos, bañarse en piscinas y maquillarse los párpados.
En general, el paciente operado de Lasik tiene una visión aceptable o cercana a su máxima visión, a las pocas horas. Sin embargo, en algunas ocasiones, la visión tarda en mejorar alrededor de una semana.
Sí, puede hacer cualquier deporte, como también pueden practicarlo todos los pacientes operados de cualquier patología, siempre que sus condiciones físicas lo permitan y que hayan transcurrido unos días desde la intervención.
Los tumores del ojo pueden producirse sobre cualquier tejido, pero el más frecuente, en el adulto, es el melanoma de coroides, un tumor maligno que puede tratarse mediante radioterapia y otros tratamientos con notable éxito. Otros tejidos en los que también pueden aparecer tumores malignos son la conjuntiva, la glándula lagrimal, o la órbita, entre otros. También existen tumores benignos, que normalmente se resecan con facilidad. En el niño, hay un tumor especialmente conocido de la retina, llamado retinoblastoma, que da una apariencia de la pupila blanca y que tiene que tratarse lo antes posible porque puede llevar a la muerte del niño, si no se realiza un tratamiento apropiado.
Los neuromoduladores no aportan volumen a las zonas en las que se aplica, sino que actúan relajando el músculo en el que se inyecta para matizar y disimular las arrugas.
Su uso está recomendado, principalmente, en el tercio superior de la cara, es decir, en la parte que se extiende desde el párpado superior hasta la frente aunque en algunos casos se puede aplicar en otras zonas como el cuello o el tercio inferior del rostro según las necesidades de cada pacientes. Por otro lado, la sustancia que se más comúnmente se aplica alrededor de la boca son las sustancias de relleno, que aportan volumen, con resultados muy naturales en manos expertas.
En este sentido, es importante tener en cuenta que los tratamientos de medicina estética no tienen por qué dejar al paciente inexpresivo o inflamado. El objetivo es lograr una armonía facial, manteniendo la esencia del paciente para que pueda sentirse la mejor versión de sí mismo.
En ocasiones, la mejor opción para obtener los resultados cosméticos deseados es combinar distintos tratamientos de medicina estética.
Para ello, es importante realizar una valoración previa con el experto, especialmente teniendo en cuenta que es muy probable que no se realicen todos el mismo día.
Los tratamientos de medicina estética que se suelen combinar con mayor frecuencia son:
- el lifting no quirúrgico Ultherapy
- los neuromoduladores
- las sustancias de relleno
La presbicia o vista cansada no es una patología, sino un proceso degenerativo normal asociado al envejecimiento del ojo y, por lo tanto, no se puede prevenir la vista cansada. Con la edad, el cristalino (lente natural del ojo) pierde elasticidad y capacidad de enfoque, provocando una pérdida de nitidez en la visión cercana que suele compensarse con la utilización de gafas.
Sin embargo, también es posible corregir la presbicia mediante intervención quirúrgica, cirugía láser e implantación de lentes intracorneales o intraoculares, que pueden ser de varios tipos según las necesidades de cada paciente. Generalmente, la cirugía se lleva a cabo cuando la presbicia está asociada a catarata, miopía o hipermetropía, y se recomienda esperar a que la graduación se haya estabilizado. En cualquier caso, es aconsejable consultar al oftalmólogo, quien realizará un estudio personalizado para determinar el tratamiento más adecuado teniendo en cuenta factores clave como la profesión o las preferencias personales además de la edad.
Después de cualquier operación del ojo puede hacerse deporte o esfuerzo físico, aunque es conveniente esperar unos días para que las cicatrices se establezcan. Normalmente, diez o doce días suele ser un tiempo suficiente para poder realizar una vida normal. En todo caso, siempre es mejor consultarlo con el médico, por si puede existir alguna contraindicación.
Hoy en día, se dispone de varias técnicas. La más popular para los pequeños defectos refractivos, tanto la miopía, como la hipermetropía y el astigmatismo es el LASIK. Pero también hay otras opciones para casos más especiales: lentes fáquicas, extracción del cristalino, lentes intracorneales o anillos intraestromales.
Los síntomas del desprendimiento de retina son sensación de luces (fotopsias) o cuerpos flotantes en el espacio vítreo o, en ocasiones, una mancha progresiva o descenso visual. Es importante que contacten lo más rápidamente posible con su oftalmólogo. En cualquier caso, no es una urgencia vital, pero conviene que la operación se realice cuanto antes por parte de un cirujano experto.
Si un paciente operado de cataratas o de otro proceso intraocular sufre una pérdida severa de visión con ojo notablemente rojo y dolor ocular, tiene que acudir lo más urgentemente posible al oftalmólogo. No tiene que retrasarse ni un día, ya que esta urgencia puede ser fundamental para la visión del ojo.
La mayoría de los pacientes que consultan por un rechazo de la córnea lo hacen por disminución de la visión. En ocasiones, puede producir sensación de cuerpo extraño o sensación de deslumbramiento o molestia de la luz.
Mientras se te aplica Ultherapy, debido a la energía del ultrasonido, se pueden notar como pequeñas cantidades de energía son depositadas a determinadas profundidades, estimulando el proceso de renovación de colágeno.
La sensación de molestia varía de unas personas a otras pero esta sensación solo dura mientras la energía de ultrasonidos está siendo aplicada.
Para detectar el glaucoma y determinar de qué tipo es y en qué estadio se encuentra, no es necesario realizar exploraciones muy complejas ni dolorosas para el paciente. Las pruebas más importantes a la hora de realizar el diagnóstico son el examen del nervio óptico –bien sea de manera directa o con pruebas automatizadas como la OCT– y la toma de la presión ocular (tonometría). Estas se complementan con la realización de un campo visual (campimetría) para determinar el estadio de la enfermedad; la visualización el ángulo que forman la córnea, el iris y la esclera para clasificar el tipo de glaucoma (gonioscopia) y la medición del grosor corneal ya que puede influir en el valor de presión ocular (paquimetría).
En situaciones que aumenten los síntomas: contacto con el cloro de las piscinas, exposición al sol o al viento, los aires acondicionados y el esfuerzo visual (lectura, conducción, etc.), debe aumentarse el uso de lágrimas artificiales. Sin embargo, aquellos pacientes que no controlen su sintomatología con el uso de lágrimas artificiales deberían acudir al oftalmólogo para valorar la posibilidad de añadir otros tratamientos.
Debe evitar hacer grandes esfuerzos y sobre todo, evitar los traumatismos directos al ojo.
En general, puede hacer una vida normal, excepto si lleva gas dentro del ojo, en cuyo caso, debe adoptar la posición que le indique su médico. Siempre debe evitar viajar en avión o a alturas superiores a 800- 600 m., como el paso por puertos de montaña, bien en tren o en automóvil. Ante esta necesidad, hay que consultar al oftalmólogo.
La Rejilla de Amsler es una prueba de autodiagnóstico muy eficaz para detectar los primeros síntomas de la DMAE. Se recomienda realizar esta fácil prueba de forma periódica a partir de los 50 años. Puedes descargarla junto con las instrucciones para realizar la prueba correctamente en este enlace.
Una evisceración es la extracción de todos los tejidos oculares dejando solamente la pared externa, la esclerótica, de tal manera que quede una cavidad que se rellena de algún material para simular el ojo, con una cascarilla en la superficie del ojo que se parezca al otro ojo. La evisceración se puede realizar en muchos casos, a excepción de tumoraciones o cuando la esclerótica está altamente destruida.
Es el resultado de alteraciones en la secreción lagrimal y palpebral que pueden provocar enrojecimiento, picazón, ardor y sensación de cuerpo extraño y de cansancio ocular. Una lubricación adecuada del ojo es posible mediante un equilibrio lagrimal que consta de la producción de lágrimas de buena calidad y un sistema palpebral normal. Cuando ese equilibrio se rompe, o bien se altera por factores externos, la producción de lágrimas disminuye y existe propensión al desarrollo del ojo seco.
En el interior del ojo existe un espacio que se llama cámara anterior. Este espacio contiene un líquido transparente (humor acuoso), que baña las estructuras que allí se encuentran y mantiene sus propiedades ópticas.
El líquido está entrando y saliendo constantemente de la cámara anterior. La salida del mismo se produce a través del ángulo que forman la córnea y el iris cuando se unen. El ángulo tiene la función de dejar salir el humor acuoso hacia el exterior del ojo para que la presión intraocular se mantenga estable y no se dañe el nervio óptico.
En el caso de los glaucomas de ángulo abierto, pese a que este ángulo está abierto, por diferentes motivos, no funciona correctamente, por lo que el humor acuoso sale más lentamente del ojo, provocando un aumento de la presión intraocular y el consiguiente daño del nervio óptico.
En el caso de los glaucomas de ángulo cerrado, el ángulo se cierra e impide la salida del humor acuoso, aumentando igualmente la presión intraocular.
El campo visual es el espacio que abarca la visión del ojo cuando está inmóvil mirando un punto fijo. Normalmente, se evalúa el perímetro del campo visual y también la sensibilidad que tiene en las diferentes zonas dentro de este perímetro.
La cirugía robótica permite realizar intervenciones quirúrgicas de una forma mucho más precisa y menos invasiva a través de robots que asisten a los cirujanos y logran un nivel de temblor 10 veces menor al de la mano humana. Estos robots actúan de forma parecida a un simulador de vuelo, ya que reproducen con gran exactitud, en el interior del ojo, los movimientos que el cirujano realiza desde el exterior.
Pese a que la cirugía robótica es un campo con mucho futuro por delante, los robots están en estudio para poder canular venas e introducir en ellas sustancias o fiadores (pequeños catéteres) para abrir trombos.
Los altos niveles de colesterol en sangre pueden aumentar o acelerar el riesgo de padecer determinadas patologías oculares, al bloquear el flujo de sanguíneo de la zona ocular. Del mismo modo que el colesterol se acumula en las paredes de los vasos sanguíneos del cuerpo, también lo hace en las de los ojos, provocando una disminución de la oxigenación de los tejidos oculares. En caso de ocluirse la arteria central de la retina, tejido altamente vascularizado que contiene una gran cantidad de vasos sanguíneos, puede producirse un infarto retiniano masivo que conlleva una pérdida prácticamente total de la visión. Para prevenirlo, es fundamental llevar una vida sana, siguiendo una dieta equilibrada y baja en grasas y realizando ejercicio físico regular, además de evitar otros hábitos perjudiciales, como el tabaco o el consumo no moderado de alcohol.
En primer lugar, es importante aclarar que la presión arterial se refiere a la presión que ejerce la sangre en las paredes de las arterias y que nada tiene que ver con el glaucoma. El principal factor de riesgo conocido del glaucoma y el único contra el que actualmente podemos luchar es la presión intraocular. Ésta es el resultado de la presión del humor acuoso (líquido transparente que baña las estructuras oculares) sobre la pared del ojo. Actualmente, no se conoce ninguna medida preventiva para evitar la presión intraocular, que se intenta controlar mediante tratamiento farmacológico o láser.
Por lo que respecta a la presión arterial, si es elevada puede ser el origen de muchas patologías retinianas, como la retinopatía hipertensiva o la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), ya que la retina es un tejido altamente vascularizado que contiene una gran cantidad de vasos sanguíneos. Por el contrario, en algunos casos, la presión arterial baja puede producir lesión de aspecto glaucomatoso en el nervio óptico por mala perfusión sanguínea del mismo.
Ultherapy es un tratamiento cosmético no invasivo que utiliza la tecnología testada del ultrasonido para estimular la formación de nuevo colágeno en niveles profundos de la piel.
El tratamiento tarda entre 30 y 90 minutos en función del área a tratar y no requiere ningún tipo de baja social.
Además es el procedimiento de su tipo que utiliza visualización ecográfica en tiempo real para que el profesional pueda ver las capas del tejido durante el tratamiento y asegurar que la energía es depositada de forma precisa donde más beneficio va a producir.
El aumento de la presión ocular obedece a múltiples factores, que pueden resumirse como mecanismos que hacen que el líquido intraocular (humor acuoso) no se pueda eliminar correctamente por su canal normal, lo que provoca dicho aumento de presión. Éste puede ser leve y crónico -glaucoma crónico- o brusco, debido a otros procesos. El oftalmólogo debe examinar al paciente de forma urgente, especialmente en el caso de las formas agudas.
El envejecimiento celular normal del ser humano comporta una reducción de la producción de lágrimas. De hecho, se calcula que entre los 10 y 40 años, dicha producción se reduce un 50%. Además, otras causas comunes del ojo seco son infecciones oculares (conjuntivitis, ulceras de cornea, etc.), factores externos o ambientales (sol, viento, cloro, lentes de contacto..), y ciertos medicamentos. Los cosméticos y las cremas de limpieza pueden provocar irritación y alterar la lágrima normal.
Los tratamientos de medicina estética no suelen causar dolor a los pacientes que se los realizan, ya que antes de llevarlos a cabo se aplica anestesia (generalmente, tópica). Asimismo, muchos productos ya incluyen anestésicos para mayor confort del paciente.
No obstante, hay que tener en cuenta que cada persona tiene una tolerancia diferente al dolor y, en este sentido, es probable que algunas personas noten ciertas molestias muy leves y puntuales.
Para más detalles sobre cada uno de ellos, no dudes en consultar aquí estos tratamientos.
Aunque la terapia con células madre aún se encuentra en investigación, ya se está aplicando en fase de pruebas y con muy buenos resultados a pacientes con distrofias retinianas, retinosis pigmentaria y DMAE. Estudios en fase I en humanos parecen demostrar que el uso de células madre embrionarias o pluripotenciales logra mejorar la agudeza visual de los pacientes, ya que permite reemplazar las células fotorreceptoras y/o del epitelio pigmentario que no se regeneran y son fundamentales para la visión. Este resultado se consigue modificando genéticamente las células madre, extraídas de la piel u otras partes del ojo, para que puedan desarrollar la misma función que las células dañadas.
La presbicia o vista cansada no es una patología, sino un proceso degenerativo normal asociado al envejecimiento del ojo. Con la edad, el cristalino (lente natural del ojo) pierde elasticidad y capacidad de enfoque, provocando una pérdida de nitidez en la visión cercana que puede corregirse con gafas o a través de una intervención quirúrgica.
No se puede prevenir y, generalmente, se corrige con la utilización de gafas para ver de cerca. También es posible corregirla quirúrgicamente, mediante cirugía láser, implantación de lentes intracorneales o de lentes intraoculares, que pueden ser de varios tipos según las necesidades de cada paciente. Generalmente, la cirugía se lleva a cabo cuando la presbicia está asociada a catarata, miopía o hipermetropía. En cualquier caso, es importante esperar a que la vista cansada haya completado su proceso y se estabilice la graduación. En cualquier caso, se recomienda consultar al oftalmólogo, quien realizará un estudio personalizado para determinar el tratamiento más adecuado.
Las personas con más de ocho dioptrías tienen alta miopía y deben someterse a revisiones periódicas oftalmológicas. Tienen algunas limitaciones, como la cirugía refractiva con Láser Excímer, que está indicado para pacientes con menos de 8 dioptrías. Pero existen técnicas como la cirugía refractiva con lentes intraoculares que son una buena opción. Se valora en consulta y se decide qué tipo de lentes son las adecuadas a cada paciente, a su tipo de córnea y a sus necesidades visuales.
La DMAE (degeneración macular asociada a la edad) es uno de los grandes retos de la oftalmología en la actualidad. Sabemos que existen dos tipos: la forma seca y la forma húmeda. La seca es la que padecen los pacientes que, lentamente, pierden visión. Se ha demostrado que con tratamientos con antioxidantes y vitaminas se puede reducir esta pérdida visual, pese a que el detenimiento de la evolución no es muy espectacular. Las formas húmedas, llamadas así porque se produce líquido en la mácula, son las más destructivas, y el tratamiento actual combina la terapia fotodinámica, que se empezó a aplicar hace unos años, con otros tratamientos, lo que parece demostrar la obtención de efectos más positivos. Cada año, aparecen nuevas opciones para intentar avanzar en la lucha contra esta enfermedad.
El ojo seco es una alteración crónica que se produce cuando la superficie del ojo no está bien lubricada por falta de lágrima o porque esta es de mala calidad, lo que puede dar origen a molestias oculares, problemas visuales y lesiones en la córnea o la conjuntiva. Para evitarlo, se recomienda no exponerse a corrientes de aire y evitar la sequedad y la polución ambiental. En la mayoría de casos no se puede tratar directamente la causa del ojo seco y es necesario realizar un tratamiento sustitutivo con lágrimas artificiales o pomadas lubricantes que ayudan a controlar la sequedad y la irritación. Si con este tratamiento no disminuyen los síntomas, existe la opción de preservar las lágrimas de la persona afectada, mediante el bloqueo de los conductos lagrimales, insertando un minúsculo tapón que evita el drenaje rápido de las lágrimas y permite conservar la hidratación ocular y proteger el ojo. Los pacientes con ojo seco más severo pueden requerir otros tratamientos adicionales que deberá valorar el oftalmólogo.
Sí, tiene un perfil de seguridad bien definido. Ultherapy® está científicamente probado con más de 50 estudios clínicos y se comercializa en más de 78 países a nivel mundial y más de 1,5 millones de tratamientos realizados a nivel global.
Asimismo, la energía basada en ultrasonidos tiene un perfil de uso en el campo de la medicina de más de 50 años de historia.
Es mucho más frecuente que aparezcan hemorragias en el post-operatorio de una intervención, especialmente si se ha practica vitrectomía, en el caso de los pacientes con retinopatía diabética. Esto se debe a que las paredes de los vasos de estos pacientes son enormemente frágiles y más tendentes a producir sangrados.
El queratocono se produce por un adelgazamiento de la zona central de la córnea, cuya forma esférica habitual pasa a ser en forma de cono, provocando un astigmatismo irregular que distorsiona las imágenes y disminuye la visión. Normalmente, es debido a factores genéticos (en el 25% de los casos se transmite de padres a hijos), aunque también está relacionado con la alergia ocular o frotamiento continuo de los ojos.
El queratocono no se puede prevenir pero podemos frenar su evolución. Detectar precozmente esta enfermedad puede evitar casos muy avanzados que pueden llegar a requerir un trasplante de córnea (es la primera causa de trasplante en pacientes jóvenes). En casos leves, se puede conseguir una buena visión con gafas o lentes de contacto rígidas y en los que hay progresión, el cross-linking corneal ofrece un gran índice de éxito, impidiendo que el queratocono avance y mejorando la regularidad de la córnea. La técnica consiste en la administración de unas gotas de vitamina en la superficie de la córnea y su posterior exposición a una luz ultravioleta de baja potencia que provoca una reacción química que aumenta la rigidez de la córnea, debilitada a causa del queratocono.
En general, los primeros resultados se aprecian bastante rápido.
Por ejemplo, en el caso de las sustancias de relleno, los primeros resultados son visibles al abandonar la consulta y, aunque suele haber una pequeña inflamación posterior, esta desaparece durante los días siguientes. En el caso de la sustancia inyectable, los resultados se aprecian pasados 3-4 días.
Sin embargo, otras terapias como los inductores de colágeno o el lifting no quirúrgico Ultherapy precisan un periodo aproximado de 3 meses para hacer efecto.
Los músculos del párpado permiten pestañear unas 20.000 veces al día.
Las oclusiones oculares se realizan para hacer trabajar más el ojo enfermo, tapando el sano, de tal manera que se combata la ambliopía. Depende del grado de visión y de la edad del paciente se requerirá tapar con más intensidad el ojo bueno para que desarrolle la visión de su ojo amblíope.
El paciente puede notar pequeños cuerpos flotantes, que son los restos capsulares en el espacio vítreo, pero pasados unos días, normalmente, desaparecen. La fotocoagulación con láser YAG se aplica en la cápsula que sujeta la lente intraocular artificial y que, con el tiempo, se vuelve opaca, por lo que el paciente pierde visión. La fotocoagulación con láser YAG no es dolorosa y logra, de una forma rápida, una mejoría visual.
Es mucho más frecuente que aparezcan hemorragias en el post-operatorio de una intervención, especialmente si se ha practica vitrectomía, en el caso de los pacientes con retinopatía diabética. Esto se debe a que las paredes de los vasos de estos pacientes son enormemente frágiles y más tendentes a producir sangrados.
La amplitud horizontal del campo visual se extiende hasta 200- º, mientras que su extensión vertical llega a 130- º, en condiciones normales.
Es un factor de peso importante en el glaucoma, aunque las bases genéticas de la patología son heterogéneas: existen algunos casos de transmisión directa de generación en generación (como ocurre en los glaucomas congénitos) y otros casos de herencia compleja (por ejemplo, los glaucomas pseudoexfoliativos), en los que se observa un porcentaje de afectos en una misma familia superior a la media poblacional. En ambas circunstancias, los estudios genéticos brindan la oportunidad de detectar posibles futuros casos de glaucoma.
Mientras las investigaciones genéticas siguen avanzando para aumentar el conocimiento en este campo, es importante que los pacientes con antecedentes familiares de glaucoma sean conscientes del mayor riesgo que tienen de padecer la enfermedad. Por ello, es recomendable que las personas con familiares afectos, especialmente de primer orden (padres, hermanos y/o hijos), se sometan a controles oftalmológicos anuales como tarde a partir de los 40 años.
Antelación
En ocasiones, los pacientes desean realizarse tratamientos para verse mejor antes de un evento o de una ocasión especial. En estos casos, en líneas generales, se suele recomendar realizarlos con una antelación mínima de 3 semanas, para que:
- se puedan apreciar los resultados definitivos
- no hayan marcas
- tener margen para realizar retoques, en caso de que sean necesarios
Tratamientos quirúrgicos
Por su parte, los tratamientos quirúrgicos se suelen realizar con una antelación mínima de 2 meses para poder apreciar los resultados definitivos. En este sentido, generalmente, son cirugías mínimamente invasivas, sin marcas visibles, que tienen por objetivo mantener la armonía del rostro del propio paciente, alejándose de resultados demasiado artificiales.
La mejor época del año
La mayoría de tratamientos tanto de medicina estética, como quirúrgicos, pueden llevarse a cabo en cualquier momento del año.
La única excepción son los láseres (IPL y CO2), cuya aplicación no se realiza en periodo estival, ya que los rayos del sol inciden de forma negativa en el postratamiento.
Descubre aquí todos los tratamientos que realiza el Departamento de estética.
Es muy importante que el paciente con presión ocular elevada, principal factor de riesgo de desarrollar un glaucoma, sea muy escrupuloso en seguir el tratamiento y las recomendaciones del oftalmólogo.
Entre otros, algunos fármacos pueden provocar una subida de la presión intraocular. Por este motivo, los pacientes deben revisarse periódicamente la visión, incluyendo la toma de la presión ocular y consultar con el oftalmólogo la medicación que toman.
El glaucoma provoca una disminución progresiva del campo visual del paciente, cuya visión periférica se va reduciendo poco a poco. Por ello, es difícil percatarse de esta pérdida gradual hasta que la enfermedad ya se encuentra en estadios avanzados y el campo visual se ha reducido en gran parte y de manera irreversible.
El mito de que las personas con glaucoma ven un túnel negro no se ajusta a la realidad, ya que el “aspecto” de la enfermedad varía según la persona y el grado de afectación del campo visual. Algunos pacientes describen visión borrosa, niebla o visión de puntos ciegos, aunque muchas veces les resulta difícil explicar qué les pasa y pueden confundir el glaucoma con otras enfermedades oculares como las cataratas.
En ojos jóvenes, el cristalino, la lente natural del ojo, es muy flexible. Sin embargo, con la edad va perdiendo elasticidad y su capacidad de cambiar de forma y de enfocar los objetos próximos. Esta condición se llama presbicia o vista cansada y es normal en todas las personas a partir de los 40 años. Al estar relacionada con un proceso degenerativo, no se puede prevenir.
Normalmente, para facilitar el enfoque correcto de las personas con presbicia se prescriben gafas de lectura o lentes de contacto bifocales. Con frecuencia, entre los 40 y 60 años de edad, se requiere cambio de gafas cada dos años para eliminar la borrosidad causada por el endurecimiento del cristalino.
Sin embargo, para quienes desean reducir la dependencia de las gafas, cada vez son más amplias y efectivas las opciones quirúrgicas que permiten prescindir de corrección óptica. La cirugía refractiva para la presbicia es una alternativa en creciente demanda por parte de los pacientes.
Existen diferentes técnicas, aunque la más común es la implantación de lentes intraoculares que sustituyen el cristalino y que pueden ser de distintos tipos según las necesidades de cada persona. Este procedimiento es el mismo que se utiliza en la cirugía de catarata.
Otras posibilidades son la implantación de lentes intracorneales o la cirugía corneal con láser, que modifican la asfericidad de la córnea para aumentar la profundidad de foco y compensar la pérdida de acomodación del cristalino.
Para determinar la técnica más adecuada, es muy importante realizar un estudio personalizado del paciente que permita detectar factores clave, como la edad, la profesión o las preferencias y necesidades personales. El éxito de la cirugía refractiva dependerá en alto grado de la individualización del tratamiento, en base a un buen diagnóstico y a una correcta indicación.
Este es un posible síntoma de DMAE (Degeneración Macular Asociada a la Edad) u otra enfermedad de la mácula, la zona central de la retina. En el caso de la DMAE, puede aparecer primero en un ojo y que el paciente no se de cuenta de ello, hasta que finalmente afecta a los dos. Se recomienda consultar al oftalmólogo con urgencia para poder tratarla a tiempo si es este el problema que afecta al paciente.
Si no tiene gas ni aceite de silicona puede dormir en cualquier posición. Al no existir ningún elemento taponador (gas o aceite de silicona) no es necesario que el paciente se posicione.
Podría ser síntoma de una catarata. La catarata puede manifestarse habitualmente con visión borrosa o doble, fotofobia, dificultades para conducir de noche, aumento de la miopía o recuperación de la visión cercana inexplicable. Es frecuente que las personas a las que les ocurre no acudan al oftalmólogo ya que no es un síntoma molesto. Por ello es recomendable realizar revisiones periódicas a partir de los 40 años para detectar este tipo de patologías oculares degenerativas.
Si bien es cierto que la más conocida, la técnica LASIK, no es una opción adecuada para las córneas finas, existen alternativas con otras técnicas que sí pueden realizarse: el láser excímer o bien las lentes fáquicas.
Puede ser que el pequeño padezca estrabismo (desviación ocular). A menudo esta enfermedad típica de la infancia se presenta de manera intermitente, siendo más frecuente en estados febriles. Es importante llevar al niño al oftalmólogo para diagnosticarle y tratarle antes de los 7 u 8 años de edad -cuando termina la fase de maduración visual- y que el problema no persista en la edad adulta.
Los tratamientos de medicina estética que se realizan en consulta no requieren un periodo de baja y, generalmente, el paciente puede reincorporarse a sus actividades diarias al finalizarlos, sin marcas visibles, salvo en algunos casos en los que se pueden apreciar pequeñas marcas casi imperceptibles.
En este sentido, el único tratamiento que deja marcas visibles en la piel es el láser de CO2. Estas pueden apreciarse durante una semana, aproximadamente. Asimismo, este tratamiento requiere unos cuidados específicos durante los meses siguientes a su realización. Por otro lado, el peeling facial suele provocar una “costra” de la piel en las zonas en las que se aplica, que desaparece conforme el paciente “muda” esa piel, aproximadamente, a los 7 días de su realización.
Por lo que se refiere a los tratamientos quirúrgicos, como la blefaroplastia o la cantoplastia, el posoperatorio suele precisar una baja aproximada de una semana, tras la que el paciente ya no suele presentar hematomas.
No obstante, todo depende del caso de cada paciente, así como de si se realizan de forma individual o combinados con otros para obtener los resultados deseados.
Aquí podrás consultar todos estos tratamientos y los detalles de cada uno de ellos.
La miopía es un defecto refractivo que se produce cuando el globo ocular es demasiado alargado o la córnea demasiado curva, por lo que las imágenes se enfocan delante de la retina y no sobre ella, dificultando la visión lejana. Suele corregirse con gafas o lentes de contacto, aunque la cirugía refractiva es una opción para quienes desean prescindir de corrección óptica. Salvo excepciones, la intervención debe realizarse una vez se haya estabilizado la miopía, de los 20 años en adelante. A partir de ahí, el factor edad no limita una posible cirugía, aunque sí influye en la elección de la técnica, que deberá ser valorada por el oftalmólogo.
Recomendamos realizar una visita a un centro especializado, aunque cuando se busca corregir un defecto refractivo a partir de los 50-55 años, suele implantarse una lente intraocular que sustituye el cristalino, la lente natural del ojo que con el tiempo va perdiendo elasticidad (presbicia) y transparencia (catarata). De este modo, la prótesis artificial implantada es ópticamente mejor que el cristalino natural del paciente de cierta edad.
Si practicas deporte, debes tener el mismo cuidado que cualquier otra persona. Puedes utilizar gafas de protección para evitar lesiones o irritación ocular.
Por otro lado, el ojo con alta miopía tiene una mayor predisposición a padecer ciertas enfermedades oculares, especialmente de retina.
Algunos de los principales problemas relacionados con este factor de riesgo son el desprendimiento de la retina, la degeneración de la retina central por placas de atrofia, el crecimiento de vasos por debajo de la mácula (centro de la retina), el agujero macular miópico y la separación de las capas de la retina macular (squisis).
Estas enfermedades pueden provocar una discapacidad visual importante e incidir directamente en la calidad de vida, por lo que es importante diagnosticarlas de forma precoz. Existen ciertos signos de alarma, como la aparición de moscas volantes (manchas negras que se mueven entorpeciendo la visión), la visión de luces similares a flashes, manchas fijas en la visión o la visión distorsionada de las líneas rectas. Ante cualquiera de estos síntomas, visita a tu oftalmólogo.
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Sí, es una urgencia, aunque relativa, ya que se puede esperar 3 ó 4 días. Hay que examinar el ojo, porque el síntoma puede responder a que la enfermedad empieza a descompensarse y puede provocar una pérdida visual severa. En ocasiones, esta deformidad no es debido a una descompensación, pero siempre hay que corroborarlo.
Podría ser síntoma de un desprendimiento de retina, se aconseja visitar al oftalmólogo con urgencia para confirmarlo. De ser así, debería tratarse enseguida ya que las posibilidades de mejora son mucho mayores si no se desprende la mácula o área central de la retina.
La DMAE (Degeneración Macular Asociada a la Edad) es una enfermedad degenerativa de la zona central de la retina, la mácula, encargada de la visión central y de detalle, que nos permite reconocer rostros y realizar tareas de precisión, como leer, coser o conducir. En su forma húmeda, se caracteriza por el crecimiento de vasos sanguíneos anómalos, de paredes muy delgadas, que filtran fluidos y sangre a la mácula provocando una pérdida rápida de la visión central del paciente. El tratamiento se orienta a frenar el crecimiento de estos vasos sanguíneos mediante inyecciones intraoculares de fármacos antiangiogénicos, aplicadas actualmente con muy buenos resultados, ya que detienen el proceso de pérdida de visión y, en muchas ocasiones, logran incluso mejorar la capacidad visual del paciente. El inconveniente es que se trata de terapias a largo plazo que requieren acudir al oftalmólogo una vez al mes o cada dos meses, aproximadamente, por lo que el futuro está en fármacos que permanezcan dentro de la cavidad vítrea durante largos periodos de tiempo y reduzcan la dependencia del paciente.
Las restricciones a la hora de volar después de una operación de desprendimiento de retina son debidas al gas terapéutico que, en algunos pacientes, se inyecta en el interior del ojo para favorecer el proceso de reparación de la retina. Este gas puede expandirse si disminuye la presión atmosférica, como ocurre a mucha altitud, lo que puede hacer aumentar la presión intraocular y, en consecuencia, dañar el nervio óptico. Para evitarlo, desaconsejamos viajar en avión hasta que el gas nos se haya reabsorbido totalmente, un proceso que suele tardar entre una semana y un mes, en función de los casos, y cuya evolución debe valorar el oftalmólogo. Sin embargo, con el paso de los meses, cuando la burbuja de aire ya haya desaparecido por completo de la cavidad ocular, no hay inconveniente en poder coger un avión.
Por otro lado, hemos de tener en cuenta que esta restricción inicial no afecta a los pacientes a quienes, en vez de inyectarse gas, se introduce aceite de silicona durante la vitrectomía, con el mismo objetivo de ayudar a mantener la retina en su posición. Como contrapartida, este aceite es una sustancia que no se reabsorbe ni desaparece por sí sola, de modo que es necesario llevar a cabo una segunda intervención quirúrgica para extraerla al cabo de entre 2 y 6 meses, en el momento idóneo en que el cirujano así lo indique.
La proximidad de los ojos a estas zonas puede suponer un riesgo para la visión, por ello, es importante ponerse en manos de un oftalmólogo oculoplástico. Contamos con la experiencia y conocimientos adecuados y utilizamos técnicas tanto quirúrgicas como sin incisión que resuelven los problemas estéticos con las máximas garantías para el ojo y la visión.
En primer lugar, es importante tener en cuenta que no todas las manchas aparecen debidas al mismo motivo y la forma de abordarlas depende de este y de otros factores. Las cremas pueden ayudar a matizarlas, pero por lo general, no hacen que desaparezcan del todo.
Para abordar las manchas, en medicina estética, disponemos de láseres, como el IPL o el de CO2, que logran suavizarlas hasta hacerlas prácticamente imperceptibles.
No obstante, debemos tener en cuenta que manchas, como las solares, mejoran mucho con estos tratamientos, sin embargo, tienden a reaparecer debido a la memoria de la propia piel. Por este motivo, los expertos en medicina estética recomiendan prevenirlas protegiéndonos de factores ambientales, como los rayos del sol, durante todo el año.
Las inyecciones intraoculares actúan liberando fármacos de forma local en el interior del ojo, especialmente en la retina y de forma aun más específica, en la mácula (zona central de la retina responsable de la visión de detalle). El caso más claro es el tratamiento de la DMAE, aunque también se aplican con éxito en casos de trombosis retiniana, alta miopía y de enfermedades vasculares de la retina, como edema macular diabético. Con el uso de las inyecciones intraoculares, se ha conseguido que cerca del 60% de los pacientes tratados recupere la visión, frente al 20% que lo hacía con otras técnicas, y se evitan los riesgos asociados a la cirugía, cuyo número se ha reducido casi a la mitad en los últimos años, gracias a esta opción farmacológica. Al ser un campo que se está desarrollando a un ritmo vertiginoso, se espera que pronto también puedan tratarse patologías hereditarias de la retina que actualmente no tienen cura.
El hecho de padecer desprendimiento de vítreo no tendría por qué perjudicarte a la hora de operarte de la catarata. De hecho, se calcula que la mitad de las personas de más de 65 años padecen cataratas y la mayor parte de ellas tienen, además, desprendimiento de vítreo. Por lo que se refiere al desprendimiento de retina, si está operado con éxito y convenientemente, no supone tampoco un factor de riesgo añadido en una cirugía de cataratas.
Para mayor seguridad, sería conveniente valorar si existen lesiones en la retina que puedan producir complicaciones en el momento de operar la catarata, por lo que se recomendaría una revisión con un especialista en retina antes de someterse a cirugía de catarata.
El desprendimiento posterior de vítreo es un proceso común a medida que avanza la edad ya que, con los años, el humor vítreo (líquido gelatinoso que rellena la cavidad ocular dándole forma y consistencia) tiende a deteriorase. Como consecuencia, se contrae y pierde tu textura gelatinosa hasta separarse espontáneamente de la retina. Los principales síntomas que conlleva son la visión de moscas volantes o puntos negros que se mueven alrededor del ojo y la percepción de destellos luminosos, cuya frecuencia, aunque pueden persistir largos periodos, suele disminuir con el paso del tiempo. Generalmente, no se aplica ningún tratamiento ya que no se puede revertir el proceso por el que el vítreo pierde su consistencia, pero es necesario realizar una evaluación oftalmológica para seguir su evolución y descartar un posible desprendimiento de retina, en cuyo caso suele requerirse una intervención quirúrgica.
Se conoce como ptosis palpebral, es la disfunción del músculo elevador del párpado. Se recomienda visitar un oftalmólogo ya que el tratamiento de la ptosis es quirúrgico. Existen distintas técnicas para reparar el tendón que sirve para levantar el párpado o bien lograr que el músculo recupere su tono habitual.
Con Ultherapy no es necesario tiempo de baja.
Después del tratamiento se puede regresar a las actividades del día a día de forma inmediata sin necesidad de seguir ninguna medida postratamiento.
Cuando la calidad o cantidad de lágrima no es buena –dentro de cierto rango– el organismo reacciona y, como medida de protección, se estimula la segregación de lágrima. Empieza un círculo: el ojo percibe que está seco y produce un poco de lágrima, pero, como sigue siendo deficiente y no soluciona el problema, vuelve a percibir que está seco y a producir otro poco de lágrima. Así sucesivamente hasta que se excede la capacidad del sistema de drenaje lagrimal y el ojo llora.
Por esta razón, el uso de lágrimas artificiales en pacientes con ojo seco resuelve en la mayoría de casos el problema del lagrimeo, ya que el ojo está bien lubricado y se restablece el equilibrio.
Al ser un tratamiento que estimula la producción de colágeno propia, la duración de los resultados dependen de cada persona.
Inicialmente se observa un cierto efecto de tensión pero los resultados finales tienen lugar a partir del segundo o tercer mes cuando el nuevo colágeno y elastina remplaza al tejido envejecido y que ha sido tratado.
Un solo tratamiento de Ultherapy puede tener un efecto que dure en torno a un año en algunas personas.
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En bus
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