¿Qué es el glaucoma congénito?
El glaucoma engloba un grupo de patologías que provocan un daño progresivo en el nervio óptico, el encargado de transmitir las imágenes que llegan a la retina para que el cerebro las interprete. A medida que avanza la enfermedad, este nervio va perdiendo sus fibras y, como resultado, va disminuyendo el campo visual del paciente, que puede llegar incluso a la ceguera si el paciente no se trata.
Aunque el riesgo de glaucoma aumenta con la edad, existen formas exclusivas de la infancia. Es el caso del glaucoma congénito, que si bien es poco frecuente (afecta a 1 de cada 30.000 recién nacidos vivos), puede provocar una pérdida visual severa e irreversible en el niño que lo padece.
¿Por qué se produce?
La cámara anterior del ojo está llena de un líquido transparente que baña las estructuras oculares y mantiene sus propiedades ópticas: el humor acuoso, que está entrando y saliendo constantemente de este espacio para mantener estable la presión intraocular.
En el glaucoma congénito existe un defecto de nacimiento en el desarrollo del ángulo que forman la córnea y el iris cuando se unen y a través del cual se drena el humor acuoso. Como consecuencia, se produce un aumento de la presión intraocular y el consiguiente daño del nervio óptico.
¿Cómo se diagnostica?
El glaucoma congénito se detecta a través de un examen ocular completo, que en el caso de los bebes y niños menores de 3 años suele hacerse en quirófano tras sedar al niño para poder realizarlo. El examen incluye:
- Exploración de la parte anterior del ojo: para poder valorar el estado de la cornea y del ángulo y decidir, según se encuentren estas dos estructuras, el tipo de cirugía más adecuada para cada caso de glaucoma congénito.
- Examen del fondo de ojo: Tras dilatar las pupilas con unos colirios, el oftalmólogo mira a través de unas lente de aumento especial para examinar la retina y el nervio óptico para ver si hay señales de daño. En el glaucoma el nervio óptico va perdiendo fibras nerviosas por lo que queda un hueco (excavación) que va aumentando conforme progresa la enfermedad.
- Tonometría: Se realiza para medir la presión del ojo. Para esta prueba, el oftalmólogo le pondrá unas gotas para adormecer sus ojos y le colocará un instrumento sobre el ojo que es el que toma de la presión. Los valores de presión ocular normales son entre 10 y 20 mm de mercurio.
Síntomas
Dado que el glaucoma congénito aparece normalmente entre el nacimiento y los 3 años de edad, son los padres los que notan que al niño afectado le suele molestar la luz (fotofobia), le lloran los ojos (epífora) y acostumbra a tenerlos cerrados (blefarospasmo).
Estos son los síntomas típicos al inicio de la enfermedad pero, conforme va evolucionando, el aspecto de los ojos cambia como consecuencia del aumento de la presión intraocular. Así pues, pueden parecer más opacos de lo normal, debido a la pérdida de transparencia de la córnea, y también más grandes, fruto de la distensión que se produce en los tejidos.
Tratamientos asociados
El tratamiento del glaucoma congénito en su primera etapa puede frenar la progresión de la enfermedad, por lo que es muy importante diagnosticarlo tempranamente. Este tipo de glaucoma suele tratarse con cirugía para solucionar el defecto del ángulo ocular que tienen los niños que lo sufren y, si se realiza a tiempo, la recuperación visual puede ser buena.
Normalmente, se inicia el tratamiento con diferentes colirios y medicamentos para intentar mantener la presión intraocular lo mas controlada posible hasta realizar la cirugía.
El tipo de cirugía dependerá del estado de la córnea, realizándose un goniotomía si permanece transparente o una trabeculectomía cuando está opaca. Ambas técnicas buscan abrir el ángulo anómalo del ojo para que funcione correctamente y, en caso de que fracasen, pueden indicarse otros procedimientos como la colocación de una válvula de drenaje.
En la trabeculectomía se extrae un pequeño pedacito de tejido para crear un nuevo canal por el que drene el líquido del ojo. Las válvulas son una especie de tubos de plástico que comunican el interior y el exterior del ojo y a través de los cuales sale el líquido del ojo. Solo se opera un ojo a la vez. El éxito de la cirugía es de un 60-80%, pero si con el tiempo la apertura se cierra puede ser necesaria una nueva operación. Tras la cirugía el paciente tendrá que ponerse unas gotas para prevenir la inflamación y la infección.
¿Cuál es el pronóstico visual del niño?
La visión que podemos esperar en los niños con glaucoma congénito depende de muchos factores, como por ejemplo:
El momento del diagnóstico: peor pronóstico si la enfermedad aparece ya en el nacimiento o si el niño pasa muchos meses con la presión alta y sin tratamiento.
La afectación de la córnea: si existe afectación de la córnea el paciente puede requerir un trasplante de córnea, además de la cirugía de glaucoma.
De todos modos, si el diagnóstico y el tratamiento se realizan precozmente, los pacientes pueden controlarse bien hasta la edad adulta.
¿Cómo debo ponerle al niño las gotas?
El uso adecuado del medicamento para el glaucoma, según las indicaciones del oftalmólogo, puede mejorar su eficacia y reducir el riesgo de efectos secundarios. Para aplicar correctamente las gotas, debes seguir los siguientes pasos:
Primero, lávate las manos.
Sostén la botella boca abajo.
Inclina la cabeza del niño hacia atrás.
Coge el frasco con una mano y colócalo lo más cerca posible del ojo sin llegar a tocarlo.
Con la otra mano, tira del párpado inferior del niño hacia abajo. Esto hará que se forme un pequeño saquito entre el ojo y el párpado.
Aplica una gota dentro del saco del párpado inferior. Si al niño le han recetado más de una gota, asegúrate de esperar por lo menos cinco minutos antes de ponerle la segunda gota.
Cierra su ojo o presiona el párpado inferior ligeramente con el dedo, por lo menos un minuto.
De este modo, ayudarás a mantener las gotas dentro del ojo, evitando que drenen por el conducto lagrimal y disminuyendo así el riesgo de tener efectos secundarios.
¿Qué investigaciones se están realizando en el campo del glaucoma?
Actualmente se está investigando para encontrara nuevas técnicas y tratamientos para detectar, tratar y prevenir la pérdida de visión en las personas con glaucoma. Por ejemplo, las investigaciones han descubierto los genes que pueden ayudar a explicar cómo el glaucoma daña al ojo. Así mismo se realizan estudios para aprender más sobre quién es más susceptible a desarrollar glaucoma, cuándo empezar a tratar a las personas con presión alta dentro del ojo y qué tratamiento se debe usar primero.
Especialistas que tratan esta patología
Preguntas frecuentes
Para detectar el glaucoma y determinar de qué tipo es y en qué estadio se encuentra, no es necesario realizar exploraciones muy complejas ni dolorosas para el paciente. Las pruebas más importantes a la hora de realizar el diagnóstico son el examen del nervio óptico –bien sea de manera directa o con pruebas automatizadas como la OCT– y la toma de la presión ocular (tonometría). Estas se complementan con la realización de un campo visual (campimetría) para determinar el estadio de la enfermedad; la visualización el ángulo que forman la córnea, el iris y la esclera para clasificar el tipo de glaucoma (gonioscopia) y la medición del grosor corneal ya que puede influir en el valor de presión ocular (paquimetría).
Es un factor de peso importante en el glaucoma, aunque las bases genéticas de la patología son heterogéneas: existen algunos casos de transmisión directa de generación en generación (como ocurre en los glaucomas congénitos) y otros casos de herencia compleja (por ejemplo, los glaucomas pseudoexfoliativos), en los que se observa un porcentaje de afectos en una misma familia superior a la media poblacional. En ambas circunstancias, los estudios genéticos brindan la oportunidad de detectar posibles futuros casos de glaucoma.
Mientras las investigaciones genéticas siguen avanzando para aumentar el conocimiento en este campo, es importante que los pacientes con antecedentes familiares de glaucoma sean conscientes del mayor riesgo que tienen de padecer la enfermedad. Por ello, es recomendable que las personas con familiares afectos, especialmente de primer orden (padres, hermanos y/o hijos), se sometan a controles oftalmológicos anuales como tarde a partir de los 40 años.
Antelación
En ocasiones, los pacientes desean realizarse tratamientos para verse mejor antes de un evento o de una ocasión especial. En estos casos, en líneas generales, se suele recomendar realizarlos con una antelación mínima de 3 semanas, para que:
- se puedan apreciar los resultados definitivos
- no hayan marcas
- tener margen para realizar retoques, en caso de que sean necesarios
Tratamientos quirúrgicos
Por su parte, los tratamientos quirúrgicos se suelen realizar con una antelación mínima de 2 meses para poder apreciar los resultados definitivos. En este sentido, generalmente, son cirugías mínimamente invasivas, sin marcas visibles, que tienen por objetivo mantener la armonía del rostro del propio paciente, alejándose de resultados demasiado artificiales.
La mejor época del año
La mayoría de tratamientos tanto de medicina estética, como quirúrgicos, pueden llevarse a cabo en cualquier momento del año.
La única excepción son los láseres (IPL y CO2), cuya aplicación no se realiza en periodo estival, ya que los rayos del sol inciden de forma negativa en el postratamiento.
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El glaucoma provoca una disminución progresiva del campo visual del paciente, cuya visión periférica se va reduciendo poco a poco. Por ello, es difícil percatarse de esta pérdida gradual hasta que la enfermedad ya se encuentra en estadios avanzados y el campo visual se ha reducido en gran parte y de manera irreversible.
El mito de que las personas con glaucoma ven un túnel negro no se ajusta a la realidad, ya que el “aspecto” de la enfermedad varía según la persona y el grado de afectación del campo visual. Algunos pacientes describen visión borrosa, niebla o visión de puntos ciegos, aunque muchas veces les resulta difícil explicar qué les pasa y pueden confundir el glaucoma con otras enfermedades oculares como las cataratas.
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