Jorge Wagensberg: “El máximo gozo es compartir conocimiento”
9 de junio de 2011
Nació en Barcelona en 1948 y es una persona muy polifacética. Creó y dirigió entre 1991 y 2005 el museo de la ciencia de Barcelona, actual CosmoCaixa. Fue galardonado en 2006 como mejor museo de Europa. En la actualidad, es el director científico de la Fundació “La Caixa”.
Las frases que inagotablemente brotan de la observación y la reflexión de este sabio contemporáneo son sólo puntos de partida que pueden acabar convirtiéndose en algunas de las obras de mayor extensión de la edición actual. Su prolija bibliografía, en la que Wagensberg va desgranando su conocimiento científico y sus reflexiones sobre el mundo de una forma amena y accesible, refleja su constante inquietud intelectual y constata que cuando afirma que “compartir el conocimiento es el máximo gozo”, no miente. Nos cuenta sus inquietudes en su visita al IMO.
Una de sus especialidades es la filosofía de la ciencia, un binomio que a menudo avanza por separado…
Yo me he dedicado siempre a la investigación, pero ella me ha llevado a la divulgación; para mí el máximo gozo es compartir conocimiento. Investigar lleva a detenerse, levantar la mirada y reflexionar. Creo que para ser filósofo hay que conocer la ciencia y viceversa.
¿Qué nota le pone al nivel científico y filosófico de la sociedad actual?
En Barcelona, Madrid y el País Vasco la producción científica tiene cada vez más nivel, aunque en medio de un “desierto”. En filosofía, mi visión es más negativa: no hay costumbre de debatir las ideas, ni de publicar donde haya crítica.
¿Cómo definiría el método científico?
Si el método no científico es mirar la realidad y extraer preguntas, la ciencia funciona precisamente al revés: es ver las respuestas y buscar las preguntas… De los casos concretos, extraer conclusiones. Por ejemplo, la segunda ley de Newton: el vuelo de las mariposas, el lanzamiento de una piedra, el movimiento de la tierra… Todos son casos concretos y diferentes, pero responden a una misma fórmula: fuerza (masa x aceleración).
¿Esto entronca con la tesis de “Las raíces triviales de lo fundamental”, título de su último libro?
Sí. En el libro hablo de la relación entre lo fundamental y lo trivial. La trivialidad no es mala, sino una garantía. En lo cotidiano está la raíz de todo conocimiento trascendente, fundamental. Los científicos nos fijamos en lo que para la gente puede ser trivial y a partir de ahí podemos extraer conclusiones.
¿Está trabajando en algún nuevo libro?
Sí, preparo un libro de aforismos recopilados durante los últimos 6 años.
Adelántenos alguno.
“¿Qué es la pureza? Una mezcla de referencia” o “Cuidado con las tradiciones porque preservan sólo por tradición, a diferencia de la costumbre, que si se preserva, es porque es buena”.¿Qué costumbre o qué legado deberíamos transmitir a las nuevas generaciones? El gozo intelectual. Hay que darle prioridad mediante el estímulo, la conversación y la comprensión. En estos tres pilares debería basarse un buen sistema educativo. Por el contrario, en el actual sistema encontramos poca conversación, poco estímulo (la realidad no está presente) y más que comprensión, simulación de la comprensión.
Y poco margen para desarrollar la iniciativa personal…
Sí. Y en esta línea, otro punto pilar importante es la creación, no sólo en el terreno educativo… Hay que apostar por la interdisciplinariedad. Todos nos protegemos dentro de una especialización, pero la realidad no tiene ninguna culpa de los planes de estudios.
Dénos algunos ejemplos de interdisciplinariedad
Destacaría científicos como Schrödinger o artistas como Borges –quien, además de escritor, fue un hombre preocupado por las matemáticas–, Andy Warhol o Salvador Dalí, muy amigo de científicos y gran escritor, además de pintor excepcional.
Usted sostiene que la crisis es el motor de la evolución… ¿Estamos, entonces, en momento de cambio evolutivo importante?
La crisis nos obliga a innovar, activa la competencia entre distintas alternativas. Es bueno conservar la diversidad como garantía para cuando arremete la crisis.
¿Estamos aprovechando esta oportunidad?
Hasta ahora, para combatir la crisis nos hemos puesto reglas: premio, castigo, lo que supone tratarnos como a niños pequeños. Es mejor darnos conocimiento, que ofrece convicción. Es necesario invertir en ciencia e investigación: invertir en futuro y apostar por la creatividad humana, por la libertad, los lugares de conversación, el encuentro…
Actualmente, muchos lugares de conversación y de encuentro han “emigrado” a Internet…
Internet es una paso previo para el encuentro real. Además, gracias a Internet, se ha recuperado la actividad epistolar. Todo depende del uso que le demos… Para saber si usamos bien las nuevas tecnologías, tenemos que preguntarnos si estamos trabajando más ideas que antes.
¿En qué hemos evolucionado los seres humanos desde que andamos “a dos patas”?
El paso de las cuatro a las dos patas, algo que sucedió hace ya 4 millones de años, nos permitió pasar de la teoría a la práctica… Un delfín, aunque tenga una idea, no la puede poner en práctica porque carece de manos. Las manos nos han permitido desarrollar la inteligencia.
¿Hemos involucionado en algo?
La Edad Media supuso un paso atrás en el conocimiento. Por ejemplo, se perdió el concepto de perspectiva, que luego tuvo que recuperarse de nuevo… Pero en general, creo que más bien hemos prosperado: se ha abolido la esclavitud, se ha extendido la democracia, el papel de la mujer es cada vez más importante…
CosmoCaixa propone al visitante varias experiencias relacionadas con la visión… ¿por qué se le presta una especial atención a este sentido?
Básicamente, los juegos de visión de CosmoCaixa demuestran que es muy fácil engañar al cerebro… En cualquier caso, debemos tener en cuenta que la visión es uno de los sentidos y que podemos aprender a desarrollar más otras potencias. Hay animales que viven sin visión, como las arañas o los peces del Amazonas, que se mueven por campos eléctricos… Por cierto, una idea interesante a desarrollar para que en un futuro los ciegos puedan ver…
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