¿Qué son las oclusiones venosas de la retina?
Consisten en la obstrucción parcial o total de las venas de la retina.
Pueden ser de dos tipos:
- Oclusión venosa central (la vena central de la retina se obstruye)
- Oclusión de rama venosa. Consiste en una obstrucción provocada por un trombo que se produce en las zonas en las que las arterias y las venas se cruzan
¿Cómo se diagnostican?
Para diagnosticar las oclusiones venosas de la retina se requiere un examen oftalmológico completo que incluya las siguientes pruebas en consulta:
- Examen de fondo de ojo
- Angiografía fluoresceínica (AGF)
- Retinografía
- OCT (Tomografía de Coherencia Óptica)
¿Se pueden prevenir?
Dado que las oclusiones venosas de la retina son una enfermedad vascular, algunas medidas preventivas que pueden ayudar a evitar la enfermedad son:
- Control de la tensión arterial
- Control de los índices de colesterol en sangre
- Evitar el hábito tabáquico
Síntomas
- Oclusión venosa central: produce una pérdida o disminución de la visión que puede llegar a ser muy severa
- Oclusión de rama venosa de la retina. En muchos casos, según la zona de la retina en la que está localizada, no afecta a la totalidad de la visión. Por ejemplo, las personas que tienen una afectación en el área macular (zona central de la retina) pierden la visión central
Tratamientos asociados
Generalmente se puede tratar con inyecciones intravítreas de fármacos antiangiogénicos o de medicación esteroidea y fotocoagulación con láser en la retina en los casos en los que sea necesario.
Especialistas que tratan esta patología
Preguntas frecuentes
Los altos niveles de colesterol en sangre pueden aumentar o acelerar el riesgo de padecer determinadas patologías oculares al bloquear el flujo de sanguíneo de la zona ocular. Del mismo modo que el colesterol se acumula en las paredes de los vasos sanguíneos del cuerpo, también lo hace en las de los ojos, provocando una una disminución de la oxigenación de los tejidos oculares. En caso de ocluirse la arteria central de la retina, se produce un infarto retiniano masivo que produce una pérdida prácticamente total de la visión.
Para prevenirlo, es fundamental llevar una vida sana, siguiendo una dieta equilibrada y baja en grasas y realizando ejercicio físico regular, así como evitando otros hábitos perjudiciales como el tabaco o el consumo no moderado de alcohol.
Después de cualquier operación del ojo puede hacerse deporte o esfuerzo físico, aunque es conveniente esperar unos días para que las cicatrices se establezcan. Normalmente, diez o doce días suele ser un tiempo suficiente para poder realizar una vida normal. En todo caso, siempre es mejor consultarlo con el médico, por si puede existir alguna contraindicación.
Los altos niveles de colesterol en sangre pueden aumentar o acelerar el riesgo de padecer determinadas patologías oculares, al bloquear el flujo de sanguíneo de la zona ocular. Del mismo modo que el colesterol se acumula en las paredes de los vasos sanguíneos del cuerpo, también lo hace en las de los ojos, provocando una disminución de la oxigenación de los tejidos oculares. En caso de ocluirse la arteria central de la retina, tejido altamente vascularizado que contiene una gran cantidad de vasos sanguíneos, puede producirse un infarto retiniano masivo que conlleva una pérdida prácticamente total de la visión. Para prevenirlo, es fundamental llevar una vida sana, siguiendo una dieta equilibrada y baja en grasas y realizando ejercicio físico regular, además de evitar otros hábitos perjudiciales, como el tabaco o el consumo no moderado de alcohol.
Antelación
En ocasiones, los pacientes desean realizarse tratamientos para verse mejor antes de un evento o de una ocasión especial. En estos casos, en líneas generales, se suele recomendar realizarlos con una antelación mínima de 3 semanas, para que:
- se puedan apreciar los resultados definitivos
- no hayan marcas
- tener margen para realizar retoques, en caso de que sean necesarios
Tratamientos quirúrgicos
Por su parte, los tratamientos quirúrgicos se suelen realizar con una antelación mínima de 2 meses para poder apreciar los resultados definitivos. En este sentido, generalmente, son cirugías mínimamente invasivas, sin marcas visibles, que tienen por objetivo mantener la armonía del rostro del propio paciente, alejándose de resultados demasiado artificiales.
La mejor época del año
La mayoría de tratamientos tanto de medicina estética, como quirúrgicos, pueden llevarse a cabo en cualquier momento del año.
La única excepción son los láseres (IPL y CO2), cuya aplicación no se realiza en periodo estival, ya que los rayos del sol inciden de forma negativa en el postratamiento.
Descubre aquí todos los tratamientos que realiza el Departamento de estética.
Si no tiene gas ni aceite de silicona puede dormir en cualquier posición. Al no existir ningún elemento taponador (gas o aceite de silicona) no es necesario que el paciente se posicione.
Las inyecciones intraoculares actúan liberando fármacos de forma local en el interior del ojo, especialmente en la retina y de forma aun más específica, en la mácula (zona central de la retina responsable de la visión de detalle). El caso más claro es el tratamiento de la DMAE, aunque también se aplican con éxito en casos de trombosis retiniana, alta miopía y de enfermedades vasculares de la retina, como edema macular diabético. Con el uso de las inyecciones intraoculares, se ha conseguido que cerca del 60% de los pacientes tratados recupere la visión, frente al 20% que lo hacía con otras técnicas, y se evitan los riesgos asociados a la cirugía, cuyo número se ha reducido casi a la mitad en los últimos años, gracias a esta opción farmacológica. Al ser un campo que se está desarrollando a un ritmo vertiginoso, se espera que pronto también puedan tratarse patologías hereditarias de la retina que actualmente no tienen cura.
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